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GUÍA PARA PRINCIPIANTES EN INVERSIONES A LARGO PLAZO

Inversiones a Largo Plazo

¿Sabías que la paciencia y el tiempo son tus mejores amigos cuando se trata de inversiones a largo plazo? Especialmente si estás pensando en grandes metas para el futuro, como asegurar tu jubilación. En lugar de buscar ganancias rápidas, que suelen venir con más riesgo, con las inversiones a largo plazo juegas un juego diferente, más estable y seguro.

Piénsalo de esta manera: una inversión a largo plazo es como plantar un árbol. No esperas frutos al día siguiente, ¿verdad? Lo cuidas, lo riegas, y con el tiempo, crece, se fortalece y finalmente da frutos. Así son estas inversiones. No se trata de comprar y vender en un abrir y cerrar de ojos, sino de mantenerlas durante años, incluso décadas. Con esta estrategia, no solo te proteges de los altibajos repentinos del mercado, sino que también te das la oportunidad de ver crecer tus ahorros de forma constante. ¡Eso es lo genial de pensar a largo plazo!

Tipos de Inversiones a Largo Plazo

En el mundo de las inversiones a largo plazo, hay una variedad de activos y cuentas que sobresalen por su efectividad y popularidad. Estas opciones, perfectas para construir una cartera diversificada y robusta, son ideales para lograr objetivos financieros a largo plazo. Cada una ofrece características únicas, adecuándose a distintos perfiles de riesgo e intereses de inversión, y abriendo un abanico de posibilidades para quienes buscan asegurar su futuro financiero a largo plazo.

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Acciones

Cuando hablamos de invertir a largo plazo, no podemos dejar de lado las acciones. Son una parte clave de cualquier estrategia de inversión. Lo genial de las acciones es que te dan la oportunidad de crecer con la empresa en la que inviertes. A medida que la empresa se expande y tiene éxito, tú también ves cómo crece tu inversión. Es como ser parte del viaje de la empresa.

Pero aquí viene lo interesante: además del potencial aumento en el valor de las acciones, hay algo llamado dividendos, que realmente pueden hacer la diferencia. ¿Sabías que algunas empresas reparten una parte de sus ganancias a sus accionistas? Eso es lo que son los dividendos. Imagínate que inviertes en una empresa que regularmente te da un pequeño ‘extra’ por tener sus acciones. Es como recibir un pequeño cheque de agradecimiento por creer en ellos y ser parte de su historia.

Y si quieres sacarle aún más jugo a tus inversiones, puedes reinvertir esos dividendos. En lugar de gastar ese dinero, lo usas para comprar más acciones. Con el tiempo, esto puede llevar a un efecto bola de nieve, donde tu inversión crece más y más, no solo por el aumento en el valor de las acciones, sino también por los dividendos reinvertidos. Es una estrategia súper poderosa para el largo plazo, ideal si estás pensando en metas grandes como la jubilación o construir un patrimonio sólido. ¡Y ahí lo tienes! Por eso las acciones, especialmente las de empresas que pagan buenos dividendos, son una jugada inteligente para los inversores a largo plazo.

Bienes Raíces

Vale, hablemos de bienes raíces, que a veces la gente no los ve como una opción para invertir a largo plazo, pero en realidad, ¡son una jugada bastante interesante!

Lo primero que debes saber es que invertir en bienes raíces no solo se trata de comprar una casa o un departamento y ya. Hay varias maneras de hacerlo. Por ejemplo, puedes comprar propiedades para alquilarlas. Así, cada mes recibes un ingreso por el alquiler, lo cual es genial, ¿no? Es como tener un negocio que te genera dinero constantemente.

Otra opción es el famoso “comprar para remodelar y vender”, conocido también como “flipping”. Aquí la idea es comprar una propiedad, darle una manita de gato para aumentar su valor, y luego venderla a un precio mayor. Requiere más trabajo, claro, pero puede ser muy rentable.

Y luego están los REITs, o fideicomisos de inversión inmobiliaria. Esto es como comprar acciones, pero de propiedades. Los REITs te permiten invertir en bienes raíces sin tener que comprar físicamente una propiedad. Es una forma más fácil y accesible de entrar en el mundo inmobiliario.

Ahora, ¿cuál de estas opciones es la mejor para ti? Pues depende de varias cosas. Primero, tu tolerancia al riesgo. Algunas de estas opciones son más arriesgadas que otras. Luego, está el tema de cuánto quieres involucrarte. ¿Te gusta la idea de estar activamente gestionando propiedades o prefieres algo más pasivo, como los REITs? Y por supuesto, cuánto dinero estás dispuesto a invertir también juega un papel importante. Así que, como ves, invertir en bienes raíces es super versátil y puede ajustarse a lo que buscas en tus inversiones a largo plazo.

ETFs

¡Hablemos de los ETFs, esos fondos cotizados en bolsa que están ganando mucha popularidad en el mundo de las inversiones a largo plazo! Son una especie de mezcla entre las acciones y los fondos de inversión, y la verdad es que tienen su encanto.

Imagina un ETF como una caja de sorpresas financieras. Dentro de esa caja, tienes un montón de diferentes inversiones – pueden ser acciones, bonos, incluso oro o petróleo. La idea es que, al invertir en un ETF, no estás poniendo todos tus huevos en una sola canasta. Estás diversificando, lo cual es una regla de oro en las inversiones a largo plazo.

Lo interesante de los ETFs es que los compras y vendes en la bolsa de valores, igual que si fueran acciones. Esto significa que puedes comprar y vender durante todo el día. Y al igual que las acciones, algunos ETFs incluso pagan dividendos, lo cual es un plus.

Ahora, un punto a favor de los ETFs en comparación con los fondos de inversiones tradicionales es que suelen tener tarifas más bajas. Menos gastos significa que más de tu dinero se queda invertido y trabajando para ti. Así que, si estás buscando una forma relativamente sencilla y económica de diversificar tus inversiones a largo plazo, definitivamente vale la pena echarle un vistazo a los ETFs.

Los Fondos de Inversión

los fondos de inversión, un tema súper interesante cuando hablamos de inversiones a largo plazo. Vamos a desglosarlo de manera sencilla.

Un fondo de inversión es como un gran bote donde un montón de personas meten dinero. Luego, este dinero se invierte en una variedad de activos, como acciones, bonos, o incluso bienes raíces. La idea es que, al juntar el dinero de muchos inversores, el fondo puede diversificar mucho más de lo que podrías hacerlo tú solo. Es como decir, “juntos somos más fuertes”.

Lo genial de los fondos de inversión es que son manejados por profesionales. Estos expertos deciden en qué invertir, cuándo comprar, cuándo vender… Básicamente, se encargan de toda la estrategia. Esto es perfecto si no tienes mucho tiempo para investigar y seguir el mercado, o si recién estás empezando en el mundo de las inversiones.

Otra ventaja es la diversificación. Como los fondos invierten en un montón de cosas diferentes, el riesgo se reparte. Si una inversión no va bien, no es el fin del mundo porque tienes muchas otras dentro del fondo. Esto es clave en la inversión a largo plazo porque ayuda a manejar los altibajos del mercado.

Eso sí, los fondos de inversión tienen tarifas. Algunos cobran más, otros menos, así que es importante mirar esto antes de decidir en cuál invertir. Pero en general, son una opción sólida para aquellos que buscan crecer su dinero a largo plazo, sin tener que ser expertos en finanzas.

Bonos

Los bonos, ¿sabes? Son una de esas inversiones que a mucha gente le gusta incluir en su cartera, especialmente cuando están pensando a largo plazo. Te cuento por qué: los bonos son básicamente como prestarle dinero a una empresa o al gobierno, y luego ellos te lo devuelven con intereses. Es como si fueras el banco, y ellos el cliente que pide un préstamo.

La razón por la que los bonos son tan populares en las inversiones a largo plazo es que son bastante seguros, en comparación con otras cosas como las acciones. Claro, no hay inversión sin riesgo, pero con los bonos, sueles tener una idea bastante clara de cuánto vas a recibir y cuándo. Te pagan intereses de manera regular, y cuando el bono llega a su fecha de vencimiento, te devuelven todo tu dinero.

Hay diferentes tipos de bonos: están los corporativos, que son los que emiten las empresas; los municipales, emitidos por gobiernos locales; los de agencias, y luego los del gobierno, como los Tesoros en Estados Unidos. Cada uno de estos tiene sus propias características y niveles de riesgo. Por ejemplo, los bonos del gobierno suelen ser considerados super seguros, mientras que los corporativos pueden ser un poco más arriesgados, pero también pueden ofrecer mejores tasas de interés.

Una cosa buena de los bonos es que ayudan a equilibrar tu cartera. Si tienes inversiones más arriesgadas, como acciones, tener bonos puede darte cierta estabilidad. Si el mercado de acciones se vuelve loco, los bonos pueden ser tu ancla, manteniendo tu inversión a largo plazo más o menos estable.

Eso sí, hay que tener en cuenta los impuestos. Dependiendo del tipo de bono que compres, podrías tener que pagar impuestos locales, estatales o federales sobre los intereses que ganes. Pero bueno, eso es parte del juego de las inversiones. En resumen, los bonos son una pieza clave para quien busca una estrategia de inversión a largo plazo más balanceada y segura.

IRAs (EEUU), en España lo Equivalente son los Planes de Pensiones Privados

Las IRAs, o Cuentas Individuales de Jubilación, son como ese amigo fiel que te ayuda a prepararte para el futuro, especialmente para la jubilación. Son una herramienta increíble para las inversiones a largo plazo, y lo mejor es que hay varias opciones dependiendo de lo que necesites.

Primero, tienes la IRA tradicional. Piénsalo como una alcancía para tu jubilación, pero con beneficios fiscales. Aquí pones dinero antes de pagar impuestos, y ese dinero crece sin que le toquen los impuestos hasta que decides retirarlo. Eso significa que, mientras esté en la IRA, no tienes que preocuparte por impuestos cada año sobre lo que gana tu inversión. Luego, cuando llegues a la jubilación y empieces a retirar el dinero, lo tributas como ingreso regular.

Por otro lado, está la IRA Roth. Funciona un poco diferente. Aquí, el dinero que pones ya ha sido tributado, pero la magia está en el retiro: cuando te jubiles, puedes sacar el dinero sin pagar un centavo más en impuestos. Es como decirle al futuro, “ya pagué mis impuestos, ahora déjame disfrutar de mi jubilación en paz”.

Y lo genial de las IRAs es que puedes invertir ese dinero en varias cosas, como acciones, bonos, fondos mutuos, hasta en CDs. Básicamente, tienes un abanico de opciones para hacer crecer tu dinero para la jubilación.

Ahora, ¿cuál IRA es mejor para ti? Pues depende de tus circunstancias actuales y de cómo crees que estarán tus impuestos cuando te jubiles. Si piensas que estarás en una tasa impositiva más alta en el futuro, quizás una Roth sea mejor. Si crees que estarás en una tasa más baja al jubilarte, entonces la tradicional puede ser tu mejor opción.

Las IRAs son como ese plan inteligente y flexible para asegurarte de que, cuando llegue el momento de colgar los guantes, tengas un buen colchón financiero para disfrutar tu jubilación.

Planes 401(k) (EEUU) en España lo Equivalente Sería los Planes de Pensiones de Empleo

Los planes 401(k), esos que muchas empresas ofrecen, son como un pilar fundamental de las inversiones a largo plazo para la jubilación. Piénsalo así: es una cuenta donde tú y a veces tu empleador meten dinero, y ese dinero se invierte para crecer con el tiempo. Y lo mejor es que viene con unos beneficios fiscales bastante atractivos.

Lo bueno de los 401(k) es que puedes elegir cómo se invierte tu dinero. Puede ser en fondos con una fecha objetivo, que se ajustan automáticamente a medida que te acercas a la jubilación, o en una mezcla de fondos de inversiones, ETFs y otros índices. Es como tener un traje hecho a medida para tu jubilación.

Cada empresa tiene su menú de opciones para su plan 401(k), y lo bueno es que en muchos casos, tú tienes el control. Puedes cambiar cómo está distribuido tu dinero dentro del plan, según cómo veas el mercado o cambien tus metas.

Ahora, es importante tener en cuenta las tarifas de administración. Como todo en la vida, estos planes no son gratis, y esas tarifas pueden variar. Por eso, siempre es buena idea revisar bien qué te ofrece tu empleador y cómo afectan esas tarifas a tus inversiones a largo plazo.

Y un detalle más: si decides sacar dinero de tu 401(k) antes de los 59½ años, hay penalizaciones. Es como el juego del ahorro a largo plazo; si te mantienes en él, los beneficios son mayores. Así que, si estás pensando en tu futuro y tienes acceso a un 401(k), definitivamente vale la pena considerarlo como una pieza clave de tu estrategia de inversión a largo plazo.


Inversiones a Largo Plazo

Ha sido un placer compartir contigo estas ideas sobre las inversiones a largo plazo. Espero que esta información te ayude a tomar buenas decisiones y a construir un futuro financiero sólido. Recuerda, la paciencia y una planificación cuidadosa son claves en este viaje. ¡Te deseo mucho éxito en tus inversiones y un futuro próspero y seguro! Hasta la próxima.

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